Un idioma otorga identidad a sus pueblos, aporta sentido de arraigo y pertenencia en sus hablantes nativos y procura aflorar la pasión en quienes incursionan en el maravilloso camino de aprendizaje, hacia un nuevo mundo repleto de cultura, idiosincrasia, apogeos, decadencias e ideologías. Acompañan mis palabras, los lienzos y murales de uno de los más grandes exponentes de Sudamérica, el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, quien a través de su obra rebelde expresó su orgullo indígena y su oposición ante la desigualdad de todo tipo, alzó su voz ante la crueldad y las injusticias sociales de Latinoamérica y el mundo entero y sin menor protagonismo veneró la labor de la mujer como símbolo de ternura en un mundo tan frío y frágil al mismo tiempo.
Es apenas una pequeña muestra de cuánto podemos aprender a través de un idioma y del rol preponderante que tenemos al enseñar, pero también al implantar la curiosidad y la investigación en los aprendientes, pues no sólo conseguiremos dominio de idioma sino sensibilización, interés y solidaridad hacia nuestros pueblos.
Están invitados a buscar estas obras en diferentes países del mundo y a visitar Ecuador para sentir por cuenta propia tantas sensaciones muy profundas y humanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario