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sábado, 23 de mayo de 2015

LA ISLA MÍNIMA

Drección: 
Nacionalidades: España Año:  Fecha de estreno: 
Duración: 105 min.
Género: Thriller
Color o en B/N: Color
Música: Julio de la Rosa.
Juan (Javier Gutiérrez) y Pedro (Raúl Arévalo) son dos policías de homicidios de Madrid, ideológicamente opuestos, que son expedientados y castigados a desplazarse a un remoto y olvidado pueblo de las marismas del Guadalquivir a investigar la desaparición y brutal asesinato de dos chicas adolescentes durante sus fiestas. Juntos, deberán superar sus diferencias y descubrir y enfrentarse a un salvaje asesino que lleva años matando a jóvenes en una comunidad anclada en el pasado donde las mujeres no le importan a nadie.
Trailer

Película
Verlo aquí: http://vk.com/video292466675_171199154
Preguntas:
 ¿Al final detienen al hombre del sombrero o no? ¿Qué ganaban El Quini y Sebastián ayudando al del sombrero? ¿Eran unos sádicos que les gustaba mirar? ¿Les pagaba de alguna forma? ¿Le obedecían porque le tenían miedo o respeto? ¿Qué relación tenía lo del hotel de Málaga con los asesinatos? ¿Cuando ellas creían que se marchaban del pueblo era porque las iban a matar o funcionaba como otro tipo de señuelo? Si el laboratorio de Ávila donde comparaban los carretes especiales también revelaba las fotos ¿por qué no ir a buscar los negativos de las anteriores sesiones? Servirían como prueba, ¿no?, además de que en alguno de los carretes anteriores puede que se viese a alguno de los hombres.¿Por qué utilizaban una cámara tan especial? ¿Por vanidad o es que les gustaba la fotografía? ¿Por qué María, la última chica que capturan, se lía con El Quini? ¿Le gustaba estar con el novio de su amiga muerta? ¿Llevaba enamorada de él años? o ¿es que él le había prometido cosas? ¿Adónde tiraban todas las pruebas del crimen después de dejar el coto? ¿La sangre y los restos los limpiaba la señora o lo hacían ellos? ¿cómo encajaban todas las piezas en el puzzle?
Anoche vi "La isla mínima", película de Alberto Rodríguezque propone al espectador visitar algo tan devaluado en general como inusual en el cine hecho en España como es el noiro género negro/policíaco, circunstancia que por sí sola, esto es, dejando al margen el merecido interés que genera su director y el reparto liderado por excelentes actores, hace de este film algo bastante apetecible a priori.

Después de verla, me queda una sensación confusa, agridulce: no sé si quedarme con lo bueno, con lo malo o con ambas cosas. Si me quedo con lo bueno, me quedaría con la excelente fotografía (ojo a los títulos de crédito), con las magníficas interpretaciones de un reparto en el que brillanJavier Gutiérrez (magistral), Raúl ArévaloAntonio de la Torre y
Nerea Barros y con laeficaz creación de ambientes (tanto exteriores como interiores y tanto naturales como sociales y personales). Si me quedo con lo malo, me quedaría con un guión en el que algunas lagunas y ciertos cabos sueltos merman seriamente lo que podría haber sido una película redonda. Si me quedo con ambas cosas, sólo puedo decir que "La isla mínima" es una película lastrada por sus defectospero bastante por encima de la media (en todos los sentidos) de las producciones españolas.

Deteniéndome en dichos "lastres", la mayoría están en el guión. Y

no es porque la idea central sea mala ni porque los personajes estén mal construidos ni porque las tramas sean aburridas ni tampoco porque fracase con lo básico del género: entretener mientras se genera tensión e interés en el receptor (en este caso, espectador). Al revés: "La isla mínima", en cuanto a las conveciones de género, es canónica: un crimen por resolver, una dispar pareja de investigadores (que aquí funciona en segundo plano como un interesante trasunto de las "dos Españas"), un ambiente inquietante, un juego de silencios y mentiras y un paseo por lo peor del alma humana. El problema viene a la hora de atar cabos. Cuando se cuenta una historia, tanto en general como especialmente en el género policíaco, una de las cosas más importantes (y difíciles) es la de evitar generar falsas expectativas, es decir, evitar iniciar caminos que llevan (al lector/espectador) a ninguna parte. ¿Por qué? Porque da lugar a equívocos, confusiones o mosqueos de quien sigue esa historia. Iniciar tramas complementarias, sembrar dudas o dejar pistas es muy divertido y funciona muy bien en este tipo de historias...siempre y cuando haya algo al otro lado del camino que el autor propone seguir, es decir: siempre y cuando consigan ensamblarse al final si no todas ellas sí las piezas más importantes de ese puzzle que es cualquier
narración (literaria, cinematográfica, etc). Y es aquí donde, en mi opinión, "La isla mínima" patina y se enfanga. Habrá quien diga que la cuestión principal (revelar al criminal/asesino) queda resuelta y que no se necesita más. También puede haber quien defienda que no es necesario que queden atados todos los cabos porque en la vida real siempre quedan preguntas sin respuesta. De acuerdo, pero hay que saber escoger qué cabos dejar sueltos y ahí está el gran "pero" que yo le encuentro a esta película. Del mismo modo que la duda final de "quién es el tercer hombre" (un clásico, por otro lado) funciona bien dejando en el aire su aclaración, no pasa lo mismo a la hora de explicar la conexión entre la trama de los asesinatos y la de las depravaciones sexuales, ni el vínculo (si es que lo hay) entre el asesino y los otros indeseables, ni si de estos últimos van todos a la cárcel o sólo el personaje que muestran en pantalla ni cómo se consigue precipitar su detención. Cuestiones lo suficientemente importantes como para dejar su respuesta a la imaginación del espectador. Como también queda a la imaginación del espectador buscar una explicación a esas deficiencias: ¿prisa por acabar? ¿falta de ideas? ¿exceso de confianza? ¿olvido?...

De todos modos, uno de los puntos más interesantes para mí de "La isla mínima" es su propuesta para visitar el Sur como lugar mítico, varado en el tiempo, primigenio, visceral y decrépito. Un lugar en el que la apabullante e inmensa belleza de la naturaleza contrasta con el temible y profundo horror del ser humano. Un
lugar lleno de luz que hace más hondas e inquietantes las sombras. Un lugar en el que el fango está a uno y otro lado de la piel. Un lugar en el que la esperanza es un Dios que se ha ido. Un lugar muy parecido al infierno en la tierra. Un lugar en el que demonios y condenados conviven en una armonía demencial y perpetua. Y esto es algo que la película consigue reflejar muy bien ambientando la historia en las marismas del Guadalquivir, consiguiendo que ese marco, que ese ambiente no sea "un personaje más" (cliché tan manido como absurdo) sino que se configure como un estado de ánimo hasta el punto de que cuesta decidir si es el escenario el que define a los personajes o al revés. Por cierto que esto del escenario sureño, unido al género noir y a elementos como "pareja de investigadores", "crimen por resolver" y "víctimas adolescentes", ha llevado a bastante gente acomparar "La isla mínima" con "True detective". Un error entendible por su coincidencia en el tiempo pero error en definitiva: ambas juegan, en todos los sentidos, en ligas distintas y, además, siendo fieles a la realidad, la pre-producción de esta película es anterior en el tiempo a la de la acojonante serie de HBO. Por tanto, respetemos la entidad de cada cosa y su valor en sí misma y no comparándola para bien o para mal con otra.

En definitiva, esta película me deja la sensación de que sus partes son mejores que el todo y de "lo que pudo ser y no fue" pero hay que valorarla por su excelente factura técnica y por atreverse a hacer algo distinto, que no es poco.
http://vk.com/video
                                                                                  C2

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