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martes, 30 de diciembre de 2014

“Tanto… que comería vegetales por ti”

“Tanto… que comería vegetales por ti”

Quiero que vuelva a ser primavera. Extraño los vestidos livianos.
Contenta cambiaría los bototos por las sandalias,
esas que tan rápido me descalzo para caminar sobre el pasto frío.
Habiendo pasado un año, creo que los inviernos (especialmente agosto) 
no son un bonito escenario. 
Pensando en eso mismo,
recuerdo muy bien en qué momento empezó la primavera
el año pasado: fue un sábado, que dormí una siesta de resaca en un sillón viejo,
en un patio que daba a Pedro de Valdivia, mientras atardecía. 
Recién había empezado septiembre
y el frío se fue rápidamente con la última lluvia, que cayó el día del funeral de la Amalia.
Ese sábado asistí a la cita con el destino, tal como había anunciado al mundo la noche anterior. 
Llegué un poco tarde… Pero ahí estabas. 
Todavía incrédulo porque era prácticamente imposible que alguien llegase a esa hora tan maldita un día sábado con ese sol.
Pero llegué y desde entonces… ha sido primavera, hasta con las lluvias y el cielo gris.
si, va un año y finalmente, se acaba este invierno. 
Y con toda la emoción de finalmente licenciarme, de llenar esos ojitos arrugaditos de mi abuela de lágrimas porque (finalmente) lo logramos, tengo ese ímpetu terrible de que venga el verano y ponerle weno a todas las cosas que he ido soñando de a poquito esas mañanas de viaje en micro a la pega…

¿Qué clase de cosas he aprendido desde esos días? 

He aquí una lista aleatoria de cosas que se me ocurren hoy:
Que los labiales tipo rojo italiano me sientan bien.
Que puedo dejar de morderme las uñas.
Que puedo dejar de sentirme identificada con canciones de Sabina tales como “Peces de Ciudad”
Que alguien, de verdad, puede interpretar acertadamente todas las micro-muecas que hago con la cara o las inflexiones de mi voz.
Que puedo ahorrar.
Que puedo usar el pelo corto (y no verme ridícula)
Que, por la cresta, que es difícil hacer una tesis.
Que las parejas pueden pelear (y harto).
Que es muy fácil hacer tostadas francesas.
Que se podía ser compañera.

Va la canción con la que se terminó ese invierno.
Te regalo esta canción
      RE
o poema,
                MI           
o quizás estratagema 
               LA
que más rima con poema

Quizás esta ola nunca
llegue a tus playas
y yo oceano me muera 
de mis patrias de mis rabias
CORO:

    Hay qué voz será?
    Hay qué voz será?
    Hay qué voz será 
    la de tus playas vida mía?

    Hay que barquichuelo?
    Hay que barquichuelo?
    La sintura de tus muelles 
    obscurecerá

Y tal vez mi poesía,
esa que a ratos germina,
se me hunda de fracasos 
ante tus ojos de hembrita

O tal vez mis tardes blancas
se me llenen de otras tardes,
en tus labios islas nuevas 
inocentes de naufragios

CORO
Yo te doy todo mi exilio
en la fiesta, en la bonanza,
en un camino abrazadito 
de tu casa hasta mi casa

Por un solo amor sonante,
amor puro y militante,
amor de siete adelante, 
amor con alto parlantes

Por un solo amor rugente,
amor lleno de dientes
de orgasmo rutilante, 
de lagrimas lacerantes
CORO
C1
http://pequebu.blogspot.com.br/search/label/canciones
https://www.youtube.com/watch?v=UGwBUZ0fOOo
http://acordes.lacuerda.net/mauricio_redoles/cancion_pa_la_mas_chiquitita_de_todas

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